Las crisis como ciclos de acumulación de energías contenidas y sucesos inesperados que estallan en nuestras sociedades, exponen a las personas y las instituciones a fracturas y riesgos inminentes, siendo valoradas por su importancia, proximidad e inseguridad. Asimismo representan oportunidades de aprendizaje significativo y situado donde podemos cruzar hacia la adaptabilidad en medio de la complejidad y la incertidumbre.